En el caso del contenido editorial y la comunicación promocional, la subcontratación, en parte o en su totalidad, de los procesos de producción puede garantizar diversas ventajas a empresas (editoriales, impresoras, intermedias y empresas comerciales o industriales) de cualquier tamaño y en numerosos campos que incluyen los siguientes:

• estratégico: subcontratar la producción o parte de ella permite no solo reducir los costos evitando el aumento de los costos internos, sino sobre todo probar nuevos mercados, realizar funciones corporativas o enfrentar los picos de producción de manera flexible, sin tener que asumir las cargas internas para mediano o largo plazo;
• económico: los proveedores externos que realizan el mismo servicio para más clientes obtienen niveles de especialización y economías de escala que la misma dinámica de competitividad requiere que el «servicio» se transfiera al cliente en términos de una mayor ventaja económica y cualitativa;
• administrativo: en un solo documento fiscal, el proveedor puede resumir todas las series de funciones y servicios que, si son internalizados por el cliente, darían como resultado un gran número de prácticas, registros y obligaciones que requerirían tiempo y recursos para el procesamiento;
• impuesto: no hay impuestos adicionales sobre los costos laborales para empleados y colaboradores, con una sola factura cargada únicamente por el Impuesto al Valor Agregado que es totalmente deducible para el cliente;
• cualitativo: la terciarización de la producción permite a la empresa concentrarse en sus propias habilidades reales y en el desarrollo de su negocio principal al mismo tiempo que tiene la máxima transparencia en la gestión del trabajo, de lo cual el proveedor responde directamente («servicio»).